¡Quedan tan pocas vacaciones, y he escrito tan poco acá!
De hecho debería haberlo hecho más porque sin tv, sin notebook, como que volví a las raíces de cuando tenía como 12 años... claro... en ese entonces yo no conocía internet.
Ahora estoy como que metida en el ámbito académico, y la verdad ni siquiera he escrito cuentos y más encima mi resentimiento por todo lo que ha pasado en el ámbito amoroso, reconozco que ha afectado en esas sensaciones que tanto me gustan de que el mundo es realmente mágico.
Quizás debería tener resentimiento conmigo misma, por dejar que algo tan vil como un hombre -o muchos hombres- arruinen mi forma de ver la vida.
Pero miento, porque sí veo que hay esperanza y mi cuerpo se divide entre mi pasión por la carrera y del amor por mi familia. Han sido tiempos de transformaciones y todo está como calentando motores.
¡Se acabo el tiempo de pasarlo mal!
No sé que más contarles de mi, ah sí, quiero hacerme un tatuaje de tortuguita detrás de la oreja... no decido aún si hacerlo al lado izquierdo como el otro tatuaje o si hacerlo al lado derecho.
Y eso.
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