12 oct 2012

¿Es posible la implementación de la enseñanza basada en objetivos?


La Lengua actualmente es considerada como el máximo instrumento que nos permite satisfacer nuestras necesidades comunicativas. Es por esto que a pesar de que la enseñanza de la lengua en un principio era puramente formalista, el fin último era producir textos que dieran identidad no mutable –en comparación con el lenguaje oral- a nuestras tradiciones, creencias, conocimientos, etc.
Es por esto que desde los inicios y bases de nuestra educación, la enseñanza de la lengua es algo que ha sido atendido por los entendidos de diferentes épocas. Así, a medida que los avances de los estudios respecto a la lectura y escritura -actualmente precisados como comprensión y producción- iban surgiendo, también iban surgiendo adecuaciones e implementaciones nuevas que satisfacen y suplen el desarrollo de competencias de todo individuo. Dentro de estos parámetros que se alejaron de la lengua mirada como una serie de normas, nos encontramos hoy en día con una tarea que es eminentemente más compleja que la tarea de enseñar y aplicar reglas ortográficas: La tarea de producir textos.
En el texto de Peterssen, el cual no es contemporáneo a nosotros, vemos planteamientos que no son totalmente aceptados actualmente al guiarse por el paradigma conductista, pero que nos deja un mensaje muy importante respecto a la implementación didáctica de la escritura: la conducta es el único indicador válido para saber si el aprendizaje ha tenido lugar (1976:6). En el caso de la dicotomía comprensión-producción de textos, sabremos entonces que el objetivo fue logrado cuando el estudiante aplique los saberes conceptuales, procedurales y condicionales que le permitan abordar la tarea de escritura, a través de una actuación concreta.
Luego, siguiendo las ideas de Peterssen (1976) tendremos al menos dos conductas observables: la conducta inicial y la conducta final; una conducta propia del estudiante que no ha pasado por el proceso E-A y otra conducta diferente que es resultado de éste proceso. Esto se puede explicar con el siguiente esquema:







En este primer esquema que surge de esta idea que plantea Peterssen respecto a un cambio conductual posterior a haber aprendido una competencia, podemos establecer entonces a nivel macro que un estudiante que ingresa a la enseñanza formal, aprende desde el código (en primero básico específicamente), hasta una competencia comunicativa adecuada a cada contexto y cada intención.
Dada la división curricular de los ciclos: básico y medio, podemos establecer que este mismo proceso se da a nivel micro, y posteriormente en cada uno de los cursos se organiza de la misma manera, y en cada curso a través de la organización de las Unidades, se vuelve a fragmentar de manera más pequeña, lo que se grafica el siguiente esquema.




































































Como vemos según el esquema, el currículo actual toma en cuenta estas metas que responden a la meta mayor que sería transformar un escritor y lector novato, a un lector y escritor estratégico. A su vez en cada uno de los niveles tiene una propia organización de qué elementos son importantes e indicadores de logro respecto a estas tareas.

Por su parte, el trabajo del profesor ramifica aún más este ciclo dictando clase a clase un contenido que a su vez tiene un objetivo, y es precisamente en este tramo donde encontramos la implementación didáctica de la escritura como proceso, y que en este caso como fue planteado anteriormente, se construyen tareas procesuales de escritura que se enmarcan dentro de otra tarea mayor y así sucesivamente.
Teniendo en cuenta este panorama curricular respecto a la enseñanza basada en objetivos, debemos tomar en cuenta su carácter empírico al momento de cruzarlo con la implementación y evaluación, las cuales serían la bajada y lo que debemos tomar en cuenta al momento de evaluar.
Por un lado el paradigma conductista respalda el método expositivo de enseñanza, donde el profesor funciona como un expositor de información que se debe verter en los estudiantes, los que posteriormente reproducen como una grabadora lo dicho por el profesor. Sin embargo, como bien se plantea tanto en la Taxonomía de Bloom, como lo planteado por van Dijk y Kintsch, la identificación y reproducción son las tareas cognitivas de menor esfuerzo; lo que en como primera conclusión nos lleva a pensar que el método expositivo no se condice con los objetivos de aprendizaje, ya que la escritura es una actividad mayormente ligada a la aplicación (nivel bastante superior a la memoria o identificación) y no a la mera identificación. Es por esto que a pesar de que la enseñanza a través de objetivos no se puede arraigar completamente en el paradigma conductista ya que debe aspirar a mayores tareas cognitivas.
Por otro lado, como la mayor aspiración de ésta enseñanza es cambiar una actitud por parte de los alumnos, es decir, que sepan cómo enfrentarse y como producir un texto de manera adecuada, debemos tomar en cuenta y explicitar los criterios de escritura como el propósito o la audiencia, y ahí tenemos el primer cambio curricular debido a que la enseñanza es contextualizada –idea que también se toma en el texto al plantear que existe flexibilidad respecto a las metodologías adecuadas- y por tanto no puede seguir criterios ni evaluaciones estandarizadas, y los tipos de textos a escribir surgirán de las necesidades de las comunidades y no como invenciones creativas, ya que como señalaban diversos estudiosos de la producción de textos como De Beaugrande, la tarea de escritura debe ser real y no una utopía donde el estudiante juega el rol de un actor.
Lo planteado anteriormente, frente a las problemáticas de la enseñanza basada en objetivos, la disposición curricular al respecto y la implementación didáctica viendo la escritura como un proceso, se pueden unir en algunos aspectos, los cuales deben ser especificados ya que de otra forma se transformaría en una incongruencia.
·         Los textos deben ser creados a través de un proceso continuo que siempre vuelve atrás para replantear el texto; lo que es llamado como situación de control en Flower y Hayes.
·         Todas las conductas observadas en el proceso de escritura deben responder a un porqué y no simplemente a una identificación.
·         Los textos además de la guía del profesor, deben tener retroalimentación del grupo curso para transformar los conocimientos y recibir recomendaciones, lo que servirá para que todo el grupo también realice un trabajo de selección de otras ideas que la comunidad considere pertinentes, sin embargo la elección de temáticas será propia del autor y debe estar justificada en parámetros claros.
·         Dada la dicotomía comprensión-producción; los textos deben venir de un texto anterior, sea este escrito, oral, icónico o multimedial, y el tema a tratar debe estar constantemente siendo revisado en otras fuentes por si surgen nuevas inquietudes.
·         Los temas deben ser de interés para los estudiantes, para que estos se sientan inmersos en la temática y la puedan abordar sin miedos.
Finalmente, a modo de conclusión podemos ver como las ideas más generales de la enseñanza basada en objetivos pueden rescatarse desde una decisión clara respecto a lo que queremos lograr, siempre cruzándola con otros saberes para manejar la heterogeneidad de los grupos-curso con los que nos encontraremos.

No hay comentarios: