Pero ustedes se preguntarán como fue que este príncipe llegó a conocer a su princesa. Siempre en los cuentos de hadas pasa que lo más interesante es lo que tiene que pasar su protagonista para poder llegar a la felicidad verdadera, ¿Se han dado cuenta?, bueno, entonces me tocará decir como fue.
Todo empezó cuando nuestro príncipe era un niño, es increíble, se preguntarán ustedes cual es el nombre de este príncipe, y yo les responderé: este príncipe se llamaba tal cual, Príncipe.
¿Se imaginan toda la presión que tenía este niño con ese nombre?, sí, es más o menos así como se la imaginan; armaduras, caballos entrenados, salvar damiselas y hasta gatos y mascotas, siempre ayudar y ser noble, y para terminar este pequeño niño sabía que algún día tendría que heredar todo eso a lo que llamaba casa.
No hace falta demasiada cultura acerca de la sociedad para imaginarse que este niño en un momento iba a ser un rebelde, querría ser todo lo que no tenía que ser y causaría más de un dolor de cabeza a su padre. Un día lo desafió: a cada doncella que osara estar en apuros, a cada gato que osara escapar de un perro subiéndose a un árbol, iba y les decía que no pretendía en lo más mínimo salvarlos y que lo que haría era darle pistas y los acompañaría a todos a resolver sus problemas con ingenio. Nada más que ingenio. Ni me pregunten como fue que la primera doncella consiguió salir de la torre y el dragón humeante con su ingenio, pero créanme que lo logró. No me pregunten como fue que el gato logró bajar del árbol mientras llovía y en su base había un perro, pero enserio lo logró. Príncipe había resuelto dos cosas; la primera era que su padre, Rey, lo castigaría por mucho tiempo y la segunda era que ese era su ideal de vida, ayudar a la gente a pensar.
Rey por su parte, estaba totalmente indignado esa vez, primero porque un príncipe no debe pedirles nada a las víctimas de las peripecias del destino, sólo debe socorrerlos, y segundo porque todas las doncellas tuvieron que esperar a que la anterior resolviera su acertijo acompañadas por el príncipe para después obtener la misma respuesta, créanme que las madres de esas doncellas pusieron en total pié de crítica la hombría y caballerosidad del príncipe, y más aún, pusieron en duda la crianza del rey a su hijo. Sí, estaba bastante molesto por eso. Bueno, desde ese día, Príncipe quedó totalmente castigado, pero ya no le importaba, seguía con su propósito, y el rey seguía recibiendo burlas susurradas de parte de sus súbditos.
Y hasta que un día recibió una invitación en un sobre cerrado de color rosa y perfumado, y lo abrió, como acostumbraba hacerlo con todas las cartas románticas que recibía y respondía con sinceridad y con mucha gracia, para que ninguna doncella sufriera por amor, como sabrán, era mucha la cantidad de doncellas que merecían un príncipe por esposo, y todas ponían todos sus sueños en tales cartas, aunque Príncipe había decidido no seguir las doctrinas normales de un caballero de armadura, no podía dejar de lado su gran ética, después de todo, ser pensante era su estilo de vida. Ese sobre con perfume de frutas frescas, lo cual era muy diferente al aroma a vainilla de todos los otros sobres, contenía una invitación a jugar a las damas. Si, Príncipe con sus ojos aburridos como de costumbre del romanticismo típico, los abrió y quedó con una cara de asombro que no pudo quitar durante días, la invitación tenía fecha en diez días más y Príncipe pudo quitar esos ojos abiertos sin pestañear y esa boca abierta como una gran O al día ocho. No pregunten como no se le secaron los ojos, porque esto después de todo es un cuento de hadas. Las criadas del castillo se asustaron cuando lo vieron los primeros tres días, al día cinco, ya se reían escondidas, y el día siete ya tuvieron que pedirle a sus hijos que se vistieran de bufones para justificar esos desmayos de risas que sufrían. Aunque Príncipe estaba contento de ver tales expresiones de sinceridad del alma que contenían tales burlas. Hasta que llegó el día diez.
Ese día príncipe se sintió muy triste, toda su filosofía anti caballero de armadura se veía por el suelo, el quería vestirse con capa, y no podía evitarlo. Y lo hizo. Salió en su corcel blanco cayendo en el cliché típico de todo príncipe, y partió a la tercera colina a mano derecha del huerto de frambuesas en la que el jugaba cuando era niño, muy niño, antes de empezar con esa presión que lo formó revolucionario como el era. Y ahí fue cuando la vio. Ella muy apropiadamente vestida de revolucionaria, sin vestido y sin maquillaje, pero totalmente hermosa de nacimiento, le pidió disculpas por el molesto aroma a frutas frescas que contenía la nota, le aclaró que su madre, siempre agregándole el toque femenino a sus cosas, decidió perfumarlo. Ella también se consideraba muy rebelde y a diferencia del príncipe si había podido contenerse esas ganas de vestirse coqueta. Ella lo admiraba, sabía de sus proezas, primero porque el era famoso y segundo porque las seguía a escondidas, encontraba su forma de pensar totalmente atractiva. Como lo conocía secretamente, supo desde el primer minuto que Príncipe estaba inspirado por su iniciativa de dama pensante debido a su atuendo, y por lo mismo, le hizo una mueca graciosa para que el despertara de su hermosura, y le aclaró que no jugaría con el hasta que se acostumbrara, era obvio que ella le ganaría al príncipe con esa conducta tan boba. Así se quedaron muchas horas, ella se quedo callada y dejó que el la mirara, de igual forma estaba acostumbrada, porque aunque se esforzaba en no ser linda, siempre la gente se quedaba mirándola por mucho tiempo, y ya no se sentía incómoda. A la sexta hora, el príncipe le dijo que ya no se sentía un inútil, la hizo jurar que nunca contaría esta experiencia porque derrumbaría su fama de hombre pensante y ella accedió, y fueron a sentarse a una mesa a entablar tal esperado partido de damas. El rojas, ella negro.-
1 comentario:
AAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!! q bkn no podia esperar menos de ti camilita :) esta increible el cuento xD lo malo es que soy muy curioso y kede metio ajajajaja kise mas y mas :).
increible :)
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