Nunca antes había subido a un carrusel, cuando mi mamá me dijo que podría subirme a este juego tan genial, me alegré mucho. Estábamos en Estación Central comprando unas zapatillas para mi colegio porque las mías ya están muy viejas, mi mamá me reta para que no corra tanto y no las gaste, porque tienen todo el año. Lo bueno es que en física siempre me hacen jugar fútbol, que es lo que más me gusta. No les contaré a nadie que me gusta el carrusel, porque se reirán de mi. Igual es bakán como suben y bajan los caballos.
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