21 abr 2011

Nociones de obra de arte tradicional, y su crisis.

Desde el mismo precepto de obra de arte como unidad ordenada se ha desprendido una crisis, que se evidenció en el siglo XX. Antes de eso, la primera característica que se podía ver era una eterna mímesis de la obra con la realidad, lo que se veía. Se representaba una idealidad, un modelo narrado a través de cierta materialidad que finalmente daba una unidad y una unicidad a las obras. Esto se buscaba porque era más fácil generar una coherencia en la obra para mayor entendimiento, impacto y capacidad comunicativa de la obra, donde todos los artistas modernos estaban bajo una idea, por tanto con mayor cohesión y que nos permitía clasificarlos más fácilmente.
Esto fue así hasta el momento donde hubo una desunión de parte de los artistas donde se opusieron para lograr una espontaneidad, donde se empezaron a romper esquemas dejando de lado de lado la coherencia que tenían las obras hasta ese entonces, por lo que se hablaba de "obras que no son obras" que rompen la tan importante organicidad que tenía una obra renacentista, ya que desorientaba al espectador con la relación negativa entre "vanguardia" y "obra de arte". Uno de los motivos de este quiebre puede ser esta crisis de "autoría" donde todos querían ser únicos en su forma de expresión, tratada en los textos "La obra, el autor y el otro" en su primera y segunda parte. En ellos, Goldman destruye el concepto de autor en cuanto ésta busca demostrar su "inteligencia" bajo sus obras fundamentales, ya que estas mucho más que estar rebajadas a una pieza clave que es El autor, están reflejando una sociedad por la relación que tuvo el Autor con el Otro para llegar a tener la necesidad de manifestar su obra. Según Girard, nombrado en el mismo texto, el autor vendría siendo el vanidoso romántico que ya no quiere ser discípulo de nadie y por ello tiene este nuevo afan de "su" obra fundamental.
Estas obras son por tanto, una representación del movimiento de un nacimiento en el seno de la comunidad humana, no es algo que pueda ser determinantemente individual al hacerlo, ya que las relaciones del autor en el mundo como un sujeto más que habita entre el mundo y la palabra están en el mundo, y no fuera de el.
En la segunda parte del texto, se habla de que la obra llama a la conciencia posible del grupo humano, donde existe una multiplicidad de papeles, incluso el mismo autor no es el mismo porque sufre cambios al pasar de los tiempos, nunca es el mismo. De hecho, según el padre de la linguística Ferdinand de Saussure, nunca un enunciado (remito a la idea de enunciado porque toda obra lo que transmite es uno) es el mismo, incluso dicho por la misma persona, ya que cada vez tiene características particulares irrepetibles, un momento no es el mismo que otro, y no tiene la misma carga que otro, o mejor dicho, sentido. Finalmente en vez de ser al revés, donde el autor suelta su particularidad en una obra que es individual, es la obra la que dirige desde una mirada convencional, una idea que afecta a la particularidad de todos, incluído el autor. De hecho esto es dicho en el texto por Goldman de esta forma: "La personalidad más poderosa es aquella que se identifica con las fuerzas esenciales de la conciencia social en lo que tiene de activa y creadora".
El cuento "Tema del traidor y del héroe" refleja esta idea claramente: En Irlanda, en 1924, Ryan narra la historia de su bisabuelo Kilpatrick, un conspirador que pereció durante una rebelión que resultó victoriosa. Ryan empieza a escribir la biografía de su bisabuelo y por ello va dando con diversas pistas que siempre coinciden con historias ya contadas antes por otros autores, como Julio César y Macbeth, lo cual le produce extrañeza, por la manera en la que los hechos se fueron dando tal y verdaderamente como en cuentos fantásticos. De hecho el autor habla de lo ridiculizante que sería para la historiografía basar sus historias en obras literarias. Finalmente Ryan resuelve que el misterio de la muerte de su bisabuelo, quien era considerado un héroe dentro de esta rebelión, está decifrado: el mismo había ejecutado su sentencia de muerte guiado por Nolan, a quien había puesto a cargo de buscar quien era el traidor de la rebelión, y todas las similitudes de su muerte con obras anteriores, eran intencionadas para que algún día alguien supiese la verdad. Esto fue ideado así porque en el momento de la causa, la rebelión, no era adecuado que se supiera que el mismo héroe de todos había traicionado los ideales de ella. Además este misterio y la forma de actuar de Kilpatrick le ayudaba a redimirse de lo que había hecho.
Mirando desde la perspectiva de Kilpatrick, vemos que el mismo conspirador había cambiado a través del desarrollo de su obra, y así mismo pasa al momento de tomar cosas de otros autores, incluso sus enemigos (ya que Shakespeare es nombrado como "el enemigo inglés dentro del relato) para poder idear sus planes, porque lo importante no es que Shakespeare haya escrito eso, sino que era una fórmula universal que fue tomada, por lo que para fines urgentes, perdía todo el peso dentro de su obra. 
En conclusión, ¿cómo se ve en crisis el concepto de obra? He aquí la respuesta: personalmente creo que desde la autoría en adelante, desde la sed de ser "el ideal nuevo". De igual forma no se pierde la transmisión de ideas, y creo que el enigma dentro de una obra que se ve caótica es más interesante, dan más ganas de averiguarlo, porque finalmente, toda obra lo que hace es transmitir.-

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