Este texto es sustraído de una clase magistral impartida por Ricardo Forster en la Universidad de Buenos Aires. Inicialmente el autor sitúa a los presentes en el siglo XVIII, donde según el mismo se inicia la modernidad, en la época de la Ilustración, justificándose en que toma esta época y no el Renacimiento debido a diferentes factores que explicará en el corpus de su conferencia.
La primera idea, es el planteamiento de la crisis que nos trajo la Ilustración, debido a sus aspiraciones; todos los pensamientos que se dirigían a la política, filosofía, sociedad, pedagogía; hasta donde llegaron esas aspiraciones. Según tal recorrido, el autor parte por algunos hechos que destacaron en el inicio de la época: la declaración de los Derechos del Hombre por ejemplo, que demostraban la gesta de este nuevo hombre moderno, que dictaba términos como humanidad o sociedad civil, ya que si existían esas palabras, debían tener otro significado, que estaba cargado de un sentido pragmático diferente. El autor al finalizar esta idea, hace un puente entre la contemporaneidad y el momento en que estos pensamientos estaban floreciendo, indicando que si nos preguntamos criticamente acerca de la existencia real de estos supuestos, tenemos un problema.
Por tanto, ¿Qué queda de la ilustración en nosotros? ¿Qué sucede si decimos las palabras igualdad, libertad? Esto tiene una respuesta lamentable según la ponencia, debido a que esta autonomía que tuvimos en el pensamiento ilustrado fue exacerbada, fue radicalizada. Finalmente fue mal comprendida porque esta autonomía que tenemos como personas debería haber servido para las demandas sociales, que aspiraban a una fraternidad. A los ideales como "todos los hombres somos iguales", "todos los hombres tenemos los mismos derechos", "todos los hombres buscamos la construcción de una sociedad más equitativa, más fraterna" se les corrompió, según el autor con la posibilidad de recaer lo sucedido en la aceleración de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX que mutó el entorno del hombre y al hombre.
Esta aceleración planteada en el párrafo anterior, lo llama progreso, el cual históricamente marcó una pauta, ya que el progreso a pesar de estar presente como la principal idea de la era del hombre, es un concepto cínico según el autor, ya que nadie cree en el progreso. Luego de este planteamiento habla del poco convencimiento que tiene el hombre al mencionar palabras como progreso, ya que no les hace sentido real respecto a los otros hombres, lo cual es absolutamente contrario a la gran idea ilustrada de que nosotros podemos cambiar nuestra historia, la cual estaba ahí para ser modelada por nosotros, y es deber nuestro recuperar esta idea para poder moldear nuestro porvenir.
La siguiente idea planteada brevemente trata de la devoción que el hombre en este periodo ilustrado brinda a lo que se llama razón, lo cual le parece paradójico debido a que la devoción es propia de la religiosidad, y esta es sepultada en la era del hombre ilustrado, ya que simboliza una institución que piensa por el hombre, en vez del hombre tener su autonomía característica de la época. Todo esto en un marco de la llamada revolución que quiebra lo antiguo.
Luego, retoma el cambio pragmático de palabras como humanidad, las cuales tienen otro sentido, un sentido ilustrado que fue perdiendo el eje con el pasar de los tiempos, pero que sin embargo debemos soñar con una humanidad que acepte la universalidad de un principio común en el interior de sus desigualdades y diferencias.
El autor habla desde la perspectiva barroca de la crisis anterior a la ilustración, donde a pesar de haberse expulsado ciertos paradigmas, aún esos espacios que dejaron no se han llenado, pero esto no dura para siempre debido a que el conocimiento está en su máxima expresión, un momento de soberbia, ya que hasta podemos prever nuestro futuro gracias a la incapacidad de Dios de trazar esta ruta, porque esa ruta la trazamos nosotros mismos. El autor cierra la idea de rechazo hacia Dios con la graficación de lo que es la Inquisición: la caída del conocimiento y el imperio de la ignorancia y la humillación. Es por esto que una de las posibilidades que nos brindó la Ilustración, o que pretendía brindar, era la movilidad que nos permitía el manejar el conocimiento, y además el cambio de praxis en la humanidad ilustrada.
La derrota de la Ilustración según el autor nos deja entonces, debido a nuestra mala praxis del sueño explicado anteriormente, como farsantes de nuestros propios derechos, donde la democracia es una mentira, ya que por ejemplo cuando una persona a través de los medios aboga por la igualdad, humanidad, derechos, etc; y nos hace creer que los tenemos y podemos respaldarnos en ellos, es totalmente falso, ya que el tenor que adquiere por ejemplo la "derechos" cuando lo dice alguien que torturó a otra persona, pierde sentido para nosotros, y esa versatilidad que contiene de sentido es lo que la hace falsa. Es por eso que contamos con una destrucción de la sociedad, donde los procesos que nosotros creímos que funcionarían y liberarían a las personas como lo sucedido en las colonizaciones, desestructuró a las civilizaciones nacientes, ya que el proceso de ilustrar fue inacabado e inexistente en muchos casos.
Finalmente, abogando por estos principios de movilidad planteados en el párrafo anterior y cerrando la justificación de la crisis planteada al inicio de la clase, el autor defiende la Universidad e introduce a los estudiantes a una lucha por mantener público y al acceso de todos lo único que permite la obtención de conocimientos de manera formal, y que ese es un papel fundamental que deben cumplir los estudiantes.
2 comentarios:
holaaa una preguntaaa como hisiste esto? osea fue del texto este: uno piensa en palabras como libertad,igualdad,equidad,fronternidad,autonomia,ciudadano,democracia,palabras que articularon el movimiento de las ideas y de los hombres en estos 2 ultimos siglos...... deese texto?
esta seria la concluusion de dicho texto?
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