28 oct 2013

La derrota de Huidobro: relectura del Creacionismo a través de Saussure y Peirce.

Teoría estética huidobriana que postula la independencia de la obra literaria con respecto a cualquier referente e instala la poesía como aquella producción creacionista por excelencia.[1]

Al referirnos sobre el espíritu estético de Vicente Huidobro; no podemos pretender hacerlo sin mencionar su más significativo aporte teórico al desarrollo de la poesía: el creacionismo, cuyo significado descrito en la cita es el que se seguirá para realizar esta breve reflexión.
Pero, ¿Qué significa la independencia de la obra literaria con respecto a cualquier referente?
Para responder esta cuestión, debemos remontarnos a la significación de las palabras y su propia posible referencialidad con los objetos del mundo extralingüístico, lo cual es respondido desde diferentes teorías que estudian el significado, es decir, perspectivas semánticas; que en este caso serán el signo tricotómico de Peirce; y el signo dicotómico de Saussure.
Desde la perspectiva de Peirce en su signo tripartito, el signo está en lugar de algo, es el representamen de ese algo, destacando alguna de sus características, condiciéndose así con la negación del poeta, ya que este plantea que el poema no debe hacer referencia a las cosas del mundo no poético; sino que inventar un mundo; ser una llave que abra mil puertas[2]; una de las características de oposición de la teoría peirciana respecto al estructuralismo del siguiente teórico que tomaremos en cuenta para este análisis: Saussure.
En un breve recorrido a la teoría saussureana, padre del estructuralismo lingüístico, se reconoce una primera dicotomía: lengua y habla; enfocándose en la lengua ya que el habla es objeto de estudio de otra disciplina; la fonética y fonología. Dentro del significado de la perspectiva de la lengua; se reconoce que en cada signo lingüístico o seña lingüística, existen dos planos; un plano del significante que responde a los rasgos materiales del signo, representándose esto en las unidades fonema y fono; y un plano del significado que evoca al significado conceptual del signo; lo cual nos acercaría a una teoría referencialista de la lengua; volviendo a las ideas previas de Huidobro.
Sin embargo, dentro de las relaciones que se establecen en la lengua a nivel conceptual, encontramos una caracterización acorde a lo que buscamos en este texto; que es reflexionar respecto a la referencialidad del lenguaje: las relaciones asociativas de la lengua.

Ya se ve que estas coordinaciones son de muy distinta especia que las primeras. Ya no se basan en la extensión; su sede está en el cerebro, y forman parte de ese tesoro interior que constituye la lengua de cada individuo. Las llamaremos relaciones asociativas. [3]

En esta breve caracterización extraída literalmente; podemos observar que existe una lengua individual que se constituye como un sistema que a su vez relaciona unidades de significados entre sí; y que por tanto el significado conceptual de los signos, no está ubicado en el referente extrasemiótico de Peirce, sino que se encuentra en relación con los otros signos en la mente de cada persona; los cuales tienen notas de significación similares que nos permiten comunicarnos verbalmente. En palabras prácticas; tanto yo como el lector de este texto entendemos los significados de las palabras que están en este aquí; así como entendemos el significado de ‘árbol’. Sin embargo, la representación conceptual de ‘árbol’ en mi mente contiene diferentes rasgos que están determinados por mi cultura, ideología, experiencias vividas, etc; así mismo como lo está en la mente del lector. En este sentido, podemos encontrar un primer quiebre entre los planteamientos estructuralistas de Saussure, quien es considerado el padre de la lingüística en occidente; y nuestro poeta analizado; Huidobro.
Otra de las ideas que debemos mencionar, es la del mundo ficcional o la del lenguaje en función poética; que nos abre las puertas a un mundo que negociamos como verosímil al momento de deleitarnos estéticamente de un poema; ya que de hecho, el énfasis de este lenguaje no está en el significado conceptual del lenguaje verbal ordinario; sino que se encuentra en la forma en que este lenguaje está dispuesto; y las sensaciones que promueven en nosotros.

Por cuál de las dos cosas optaré? Ser un bandido es indiscutiblemente muy artístico. El crimen debe tener sus deliciosos atractivos. Ser un grande hombre? Según. Si he de ser un gran poeta, un literato; sí. Pero eso de ser un buen diputado, senador o ministro, me parece lo más anti-estético del mundo.[4]

En Pasando y pasando (1914), vemos una declaración de principios sobre la vida estética por la que opta nuestro poeta, donde se da a luz a la postura que se relaciona con la obra de Huidobro; el crimen, y la opción de ser un gran poeta. Relacionando estas ideas con el quiebre semántico que propone; podemos observar que la vanguardia estética criminaliza el lenguaje referencial, y se da el deleite de romper las reglas establecidas en la sintaxis del lenguaje ordinario; el rol fundamental del poeta, crear mundos, lo hermoso pero irrealizable[5] para algunos; lo que Saussure siempre vislumbró como cierto, independiente del uso o función que se le quisiera dar al lenguaje.
La forma de encontrar el máximo esplendor de este alejamiento de la referencia del poeta, de concretizar esta búsqueda de lo hermoso, se encuentra en el canto VII del Viaje en paracaídas, donde el significado que se denomina léxico desde la semántica no existe.

            Ai aia aia
            ia ia ia aia ui
            Tralalí
            Lali lalá
            Aruaru[6]

En resumidas cuentas, volviendo a la perspectiva de las unidades de la lengua, no encontramos un significado convencional de los elementos citados; pero volviendo al énfasis en la forma y no en el contenido, podemos encontrar el entrañamiento de este concepto, justamente en la oposición al significado; ya que este no-significado nos evocaría la idea vanguardista que pretendía el poeta. Por otro lado, el énfasis en la sonoridad de los poemas; es algo abundantemente estudiado desde la teoría literaria; lo cual no se opone a la unidad fono de la lingüística estructuralista, sino que se complementa; y de cierta forma se puede concebir una derrota creacionista en Huidobro.
Como conclusión; si revisamos el cambio que paulatinamente se va dando en el lenguaje de este viaje en paracaídas, esta caída al mundo creacionista en su totalidad; el poema nos obliga a realizar de manera estética esta caída; que a medida que se acerca a la superficie; se vuelve más caótica. Podemos descubrir esto, porque el afán de no-significado es derrotado por el mismo poeta al inicio de esta obra, al llamarlo viaje en paracaídas; y por tanto supeditando toda la lectura a esta significación, al viaje, a la caída y al miedo.


[1] Memoria Chilena. El poeta como un pequeño Dios. Vicente Huidobro (1893-1948). Hipertexto: Creacionismo. (Fecha de consulta: 28/10/2013)
[2] 1916, Vicente Huidobro. El espejo de agua. Arte poética.
[3]1945, Ferdinand de Saussure. Curso de Lingüística General. Capítulo V: Relaciones Sintagmáticas y Relaciones Asociativas. Editorial Losada, traducida por Amado Alonso. (Pág. 148)
[4] 1914. Vicente García Huidobro Fernández. Pasando y pasando. Crónicas y comentarios. Yo. (Pág. 11)
[5] 1916. Vicente Huidobro. El creacionismo. (Versión digital: http://www.vicentehuidobro.uchile.cl/manifiesto1.htm Fecha de consulta: 28/10/13)
[6] 1931. Vicente Huidobro. Altazor o El viaje en paracaídas. Compañía Iberoamericana de publicaciones S.A. (Pág. 108)

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