No me caeré de la nube.

Mi amiga me decía que una vez oyó decir a un terapeuta que la forma de olvidar las cosas es escribir.

Hay cosas que he escrito acá pero lo he hecho para que no se me olviden, para que cuando tenga ganas de recordarlas, pueda acudir a mis propias palabras para ello, porque creo que sólo yo puedo comprender el detalle de cada sentimiento basado en cada comparación que sale de mi cabeza.

Hoy aprendí que sigo sola. No hay nadie aquí. Si lloro, sigo sola, si río, sigo sola, si salgo a caminar para mirar la vista y pensar en el amor, sigo sola. Amo mi libertad, eso pensaba hoy: en que puedo ser tan libre y hacer los planes que se me den la gana, puedo seguir en la nube eternamente, puedo hacer lo que yo quiera, cuando yo quiera, y que hasta los sueños más idiotas con resultados más dolorosos los puedo cumplir. Yo soy dueña de mi vida, soy dueña de lo que hago, de lo que decido, de lo que olvido, de lo que dejo ir. He decidido superar el dolor y no estar resentida, he elegido odiar a quien me hizo daño a propósito, he elegido forjar una nueva ruta, y lo único que se me ha escapado de las manos ha sido el amar, en el momento indicado, y a la persona indicada. Creo que desde éste último tiempo he tenido suerte, porque no me tocó un idiota ególatra y mentiroso, pero la verdad de las cosas es que sigo sin controlarlo. Por otro lado ésta noche me di cuenta de que me gusta sufrir en carne viva, me gusta tener el cadáver ante mis ojos para darme cuenta de que realmente está muerto. No soy de rodeos, soy de sufrimientos, y me doy cuenta de que la verdad se puede querer y ya, y lo positivo de mi misma es que no me complico con los sentimientos. Los siento. He dicho que me gusta vivir la vida sintiendo todo y lo he cumplido. Pero creo que debo tomar las riendas de hasta cuando siento las cosas que me quiebran por dentro. Debería tener mayor control de mi misma. De hecho, eso hice, y la verdad es que tengo miedo y tal como una cobarde me he dado cuenta de que he podido hacer vista gorda a cosas dolorosas, pero espero eso tenga un resultado positivo. Espero no equivocarme, espero que no, porque después de ésta noche, tengo prohibido terminantemente sufrir por alguien.

Así que ésta noche puedo llorar de pena por mi misma. Ésta noche y ninguna otra.

Recuerdo cuando era más pequeña y tuve mi primera experiencia de desamor, estaba de vacaciones en una ciudad que había sido la mía en la infancia, y me di cuenta de que el primer niño al que amé con locura, no me había amado nunca, y nunca me iba a amar. Decidí que iba a tener mi primera borrachera por amor, y lo hice. De hecho eso después quedó como anécdota porque esa noche pasaron cosas que no quería que pasaran, además de que el mareo me duró 3 días además de esa noche, pero el tema es que dije que no iba a llorar más después de eso, y no lo hice.

Me cuesta dar todo por muerto, me cuesta mucho, pero tengo que hacerlo. Ésta noche escribo para matar, en vez de crear historias con finales felices, escribo para cambiar el rumbo y para fijar otras cosas, y que esas cosas que he fijado, no sean más que cosas sin importancia en algún momento de mi vida. Eso es lo que corresponde. Por mucho que mi camino pase por el lado de quien pase, esta noche dicto que no me importará. Yo soy valiente. Sé que lo soy. Soy tonta, ilusa, demasiado inocente, positiva a decir basta. Pero también soy valiente.

Ésta noche escribo para programar mi cabeza a no decaer.

Y ésta noche escribo porque voy a olvidar cada cosa que me pueda hacer daño antes de que lo haga. Sí. Escribo para parchar mis heridas, y para poner nuevos parches en los lugares en los que presiento las habrán. Sea lo que sea, pase lo que pase, ya no seré la mejor amiga, seré la protagonista de la película. Temeridad. Por cierto, para ser "The Holidays" una película "liviana", la verdad es que me enseñó mucho.

Es como la parte de otra película donde todos se dan las manos y se miran despidiéndose, tocándose para demostrarse que se tienen unos a otros.

La parte infantil se da la mano con la parte adulta.

La parte llorona se da la mano con la irónica y cruel.

La parte oscura e insegura se da la mano con la parte valiente.

La parte frívola se da la mano con la parte sentimental.

Porque yo misma he optado por vivir así. Y así será.

Se acabaron las lágrimas, ya soy bastante feliz, no me interesan historias que me hagan daño.

Por mucho que esté de vacaciones, ya es hora de que mi mente piense en las cosas de hielo que me hacen de fuego.

Mañana será otro día.